¿Masculina o femenina?, ¿qué tipo de infertilidad es más común? La infertilidad puede deberse tanto a factores masculinos como femeninos, a una combinación de ambos o ser idiopática (cuando se desconoce la causa exacta). Actualmente se ha visto que las dos son igualmente comunes, siendo de un 30% la responsabilidad de cada uno en la causa de la infertilidad. El 40% restante se reparte entre una causa mixta o combinada (que se produce en el 20% de los casos) y una causa desconocida, en otro 20%.
La edad es la primera causa de infertilidad
¿Cuáles son las causas más comunes de infertilidad? Las causas dependerán de cual sea el origen. Si nos fijamos en las causas más comunes por parte de las mujeres, nos encontramos con una edad avanzada (a partir de los 35 años el potencial reproductivo disminuye y después de los 40 años la posibilidad de embarazo es muy baja), lesiones en las trompas de Falopio, cuando no hay ovulación o es muy irregular, endometriosis, miomas, enfermedades de tiroides entre muchas otras… existen muchas causas que pueden hacer necesario un tratamiento para la infertilidad.
Por lo que respecta a las masculinas pueden ser alteraciones en la producción del semen (disminución de la calidad y la cantidad), alteraciones del tracto genital que imposibiliten depositar el semen en el fondo de la vagina durante el coito o problemas de erección u obesidad, entre otras.
¿Y las causas de infertilidad más sencillas de tratar? Para tratar la causa se deberán hacer las pruebas pertinentes para diagnosticarla y tratarla. Cada caso se debe individualizar y valorar, y ver si se puede tratar la causa en sí para poder lograr un embarazo o determinar cuál es la técnica de reproducción asistida idónea según la causa. Siempre se debe hacer un estudio de la pareja en su totalidad y buscar las opciones más factibles para cada una de ellas.
Hemos visto que en la mujer la edad es un factor determinante, ¿cuáles son las probabilidades de quedarse embarazada en cada franja?
La fertilidad empieza a disminuir después de los 30 años, decrece significativamente a partir de los 35 y lo hace bruscamente al cumplir los 40. Por ese motivo, uno de los factores más importantes para calcular las posibilidades de embarazo, además de cualquier problema de fertilidad o esterilidad, es la edad de la mujer.
Una mujer de unos 20 años que esté tratando de quedarse embarazada en sus días fértiles tiene un 25% de probabilidades de conseguirlo en cada ciclo, rondando los 30 años tiene un 15%, a partir de los 35 descienden las posibilidades a un 10% y a un 5% a partir de los 40 años. Esto se debe a los ciclos anovulatorios, que son más frecuentes a medida que pasan los años, y a los abortos espontáneos que se producen en las gestaciones precoces y que también son más frecuentes cuanto mayor sea la mujer. Cuanto mayor es la mujer, mayor puede ser la necesidad de recurrir a un tratamiento para la infertilidad.
¿Influye también la edad en la fertilidad en el caso del hombre? Como ya hemos mencionado antes, en el caso de la mujer la edad es el factor pronóstico más importante a la hora de buscar un embarazo. Sin embargo, en el hombre este concepto es menos claro, aunque se sabe que después de los 45 años puede disminuir el recuento y movilidad de los espermatozoides en el seminograma y que a los 60 años los testículos se hacen más pequeños. Estos aspectos nos hacen deducir que la fertilidad del varón también disminuye con la edad, pero más tardíamente que en la mujer, por lo que tampoco debe descuidarse este punto.
¿Tengo realmente un problema y debo recurrir a un tratamiento para la infertilidad?
¿En qué momento una pareja que está intentando tener un hijo debe empezar a asumir que quizá tenga un problema de infertilidad? La infertilidad se define o consiste en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de mantener relaciones sexuales regulares sin protección. Es decir, cuando una pareja después de un año de búsqueda activa de embarazo no lo consigue. Es en este momento cuando se debe acudir a los especialistas para buscar la causa y las soluciones más adecuadas.
¿Cuáles son las pruebas más comunes que se realizan para descubrir si una pareja tiene problemas de infertilidad? Por lo que respecta a la mujer, los exámenes más habituales suelen consistir en una ecografía para conocer la morfología del útero y los ovarios, así como calcular la reserva ovárica y realizar una analítica de sangre y hormonal que permita identificar todos los valores a conocer, como la presencia hormona antimülleriana entre otras.
Existen otras pruebas adicionales que dependerán de cada caso, como la histerosalpingografía, que valora la cavidad uterina y la permeabilidad de las trompas, la histeroscopia, para examinar el cuello uterino y el canal. Puede realizarse también una biopsia endometrial para determinar el estado del endometrio, y en ocasiones se precisa del cariotipo para detectar si existen anomalías cromosómicas.
En el caso de los hombres el análisis se centra en los espermatozoides. En este caso la prueba más habitual es el seminograma, que realiza una valoración global de cantidad, calidad y morfología de estos. También se puede hacer un análisis de sangre específico para valorar el nivel de ciertas hormonas relacionas con la fertilidad (FSH, LH, testosterona…) y un cariotipo como en el caso de la mujer.
¿Es más fácil tratar la infertilidad cuando parte de un problema masculino? Todo depende de cuál sea la causa de esta infertilidad. No me atrevería a decir si es más fácil o no, todo dependerá de cada persona, la causa y las soluciones, ya que actualmente, gracias a las técnicas de reproducción asistida, se han podido abordar muchos casos que antes no tenían solución.
Los casos de infertilidad aumentan cada año
¿Han aumentado los casos de infertilidad en la actualidad? Los casos de infertilidad aumentan año tras año, ya que una de las principales causas de este aumento es el retraso en el deseo de plantearse la maternidad. Pero influyen también otros factores. Los hábitos de vida poco saludables, el sobrepeso, la contaminación ambiental y ciertas enfermedades hacen que esta tasa aumente más y más, haciendo necesario recurrir a tratamientos para la infertilidad.
¿Hay diferencias entre cómo lo afrontan la infertilidad los hombres cuando son ellos los responsables y cómo lo hacen las mujeres? Creo que ya de por sí existen diferencias grandes entre cómo cada persona afronta cierta situación, y ya no solo diferenciando entre sexos, sino a cada persona en singular. Lo que sí es cierto es que aún hoy en día, a las mujeres se les hace mucho más a menudo la pregunta de la maternidad.
Es verdad que los hombres suelen ser más reacios a mostrar sus emociones, y ello lleva a pensar a sus parejas que ellos no están tan agobiados. Pero esto no necesariamente cierto. Un estudio publicado por la Universidad de Keele, en Reino Unido, detectó que suele haber más presión sobre las mujeres para tener niños, pero que los hombres se sienten más aislados, tristes, deprimidos y enfadados cuando no pueden tener hijos. Hay que entender que se trata de un proceso que afecta individualmente a la pareja, y que la mejor forma es aceptarlo y buscar ayuda en los especialistas.
No todas las causas de infertilidad son irreversibles
Todos conocemos algún caso de parejas que después de intentarlo años, cuando ya se han ‘relajado’, consiguen un embarazo, ¿por qué cree que puede suceder esto? Como hemos comentado anteriormente, existen factores externos que también pueden influir a la hora de quedarse embarazada y que con el tiempo pueden mejorarse. No todas las causas de infertilidad que hemos mencionado son irreversibles y con el tiempo, incluso después de haberlo intentado con técnicas de reproducción asistida, pueden mitigarse y conseguirse un embarazo espontáneo.
Tratamientos para la infertilidad
De menos a más invasivos, ¿cuáles son los tratamientos existentes para la infertilidad? Los tratamientos para la infertilidad pueden ir desde la toma de fármacos y suplementos hasta la implantación de embriones mediante técnicas de reproducción asistida. Existen tratamientos específicos para hombres o para mujeres y otros que involucran a los dos integrantes de la pareja. Todo dependerá de la causa, ya que algunas podrán ser tratadas con fármacos, como por ejemplo con el tratamiento hormonal cuando existen problemas de ovulación o de esperma, o con alguna intervención quirúrgica en caso de miomas o endometriosis.
Otras vías ya dependerán de técnicas de reproducción como la inseminación intrauterina (IUI), que consiste en insertar el esperma en el útero de la mujer en el momento de la ovulación; la inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI), mediante la cual un espermatozoide es microinyectado directamente en el interior del óvulo previamente extraído; y la fecundación in vitro (FIV), que es la técnica por la cual la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre, es decir, los óvulos y espermatozoides se combinan en un laboratorio para crear un embrión, que luego se implanta en el útero.
En estos casos mencionados anteriormente tendrá que haber una estimulación ovárica previa para obtener el mayor número de ovocitos para aumentar las tasas de éxito. Si los tratamientos de fertilidad no fueran exitosos, es posible usar óvulos o espermatozoides donados por un tercero
Investigación y tratamientos para la infertilidad
¿Hacia dónde está yendo la investigación en el tratamiento de la infertilidad? El tratamiento de la infertilidad es un campo donde no se para de investigar y de avanzar. En casos en los que hace pocos años era impensable, ahora se están consiguiendo embarazos y recién nacidos vivos, que es la finalidad de todas estas técnicas.
Los investigadores están haciendo progresos constantes en este campo, como mejoras en la FIV, la utilización de terapias genéticas o la utilización de terapias no invasivas, para promover y aportar mejoras.