La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la resistencia ósea y la predisposición a un mayor riesgo de fracturas. En cuanto al concepto resistencia ósea hay que aclarar que esta se refiere tanto a la densidad mineral ósea como a la calidad del tejido óseo. El paciente de osteoporosis puede padecer las dos o simplemente una de ellas.
En España, la incidencia de fractura por osteoporosis está aumentando progresivamente desde hace décadas y va directamente ligada a una mayor esperanza de vida. En el año 2019 los pacientes de osteoporosis eran 2.945.000 millones de españoles mayores de 50 años. De ellos, el 79,2% eran mujeres y solo el 20,8 hombres. Esto pone en evidencia que hay una mayor prevalencia de osteoporosis en mujeres. ¿Las consecuencias? Solo en ese año se produjeron 285.000 nuevas fracturas y se gastaron 4,3 millones de euros. Para el año 2034 se estima un aumento de la incidencia de fracturas del 29,6% (1).
Lo peor es que en los últimos años se han producido grandes avances en el diagnóstico y el tratamiento de la osteoporosis y, sin embargo, solo una minoría de pacientes con alto riesgo de fractura es evaluado y tratado adecuadamente conforme a las recomendaciones médicas.
Entendiendo el perfil del paciente con osteoporosis
El tipo de paciente con osteoporosis es variado. La edad es un factor determinante, pero no solo afecta a las personas ancianas, también está ligada a otras circunstancias más allá de la edad y es fundamental conocerlas para saber si se está en riesgo de osteoporosis. Estas son algunas de las causas de osteoporosis más comunes:
Factores de riesgo y causas de la osteoporosis
Es fundamental conocerlos para poder estar alerta (tanto el paciente como el médico) y poder prevenir o ralentizar el avance de la osteoporosis.
La edad. Hay que tener en cuenta que el pico máximo de masa ósea se alcanza entre los 25 y los 30 años y permanece estable hasta los 40. Pero a partir de esa edad ya comienza a disminuir lentamente (al ritmo de un 0,5% anual). El problema comienza a los 50 años, cuando pérdida de masa ósea se produce a un ritmo que está entre un 3 y un 5%. (3).
En este sentido, ser mujer aumenta el riesgo de osteoporosis. En edades comprendidas entre los 70 y los 79 años, esta afecta al 40% de las mujeres y solo al 11,3 de los varones (2).
La menopausia. Los cambios hormonales que se producen durante la menopausia contribuyen a la ruptura del equilibrio óseo. Se estima que 1 de cada 4 mujeres postmenopáusicas (a partir de los 50 años aproximadamente) tiene osteoporosis (1).
El sendentarismo o la inmovilización prolongada. Sufrir fracturas o esguinces que limitan el movimiento durante semanas o tener que pasar largos periodis de convalecencia en cama son factores que hacen perder masa muscular y masa ósea. Es un hecho directamente ligado al debilitamiento de los huesos. Al no producirse estímulos mecánicos decae la actividad de los osteocitos, osteoblastos y osteoclastos.
Un bajo peso corporal. Las pacientes con un IMC bajo (<19 Kg/m2) tienen menor densidad mineral ósea, lo cual, parece estar en relación, por una parte, con un menor efecto osteoblástico debido a una menor carga mecánica sobre el hueso y por otra, con un menor freno de la actividad osteoclástica derivado de la menor producción de estrona por falta de panículo adiposo (4).
Haber tenido anorexia en la adolescencia. Si no se alcanza la masa ósea máxima durante aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas relacionadas a una edad más avanzada. Este hecho se ha ido constatando a lo largos de diversas investigaciones.
Más del 50 % de las adolescentes con anorexia nerviosa muestran una pérdida de masa ósea significativa a menos de un año del momento en que se hizo el diagnóstico.
Las personas de cualquier edad que padecen anorexia nerviosa -o que la hayan padecido con anterioridad- tienen una mayor tendencia a tener una salud ósea deficiente que la población general y el riesgo de sufrir una fractura ósea puede llegar a triplicarse (5).
La ingesta de determinados fármacos. Algunos medicamentos pueden provocar reabsorción ósea. Los más importantes son los glucocorticoides y los inhibidores de las hormonas sexuales. A continuación, y en menor medida podemos hablar de los antiepilépticos, medicamentos para regular el tiroides o los antiácidos (en especial los inhibidores de la bomba de protones cuando se toman por periodos prolongados) y los anticoagulantes, entre otros (2).
Habría que tener especial vigilancia ósea en el caso de los glucocorticoides en concreto. Se ha comprobado que entre un 50–80% de los pacientes tratados con glucocorticoides van a presentar osteoporosis y entre un 30 y 50% de ellos van a desarrollar fracturas a largo plazo(6).
Los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina están asociados a un aumento del riesgo de fracturas del fémur en gente de edad avanzada (7).
El consumo de alcohol. Es el tóxico más perjudicial para los huesos. El consumo crónico de alcohol tiene efecto directo depresor sobre la actividad del osteoblasto y se asocia con alteraciones del metabolismo mineral óseo del calcio, fósforo y magnesio. Además, altera el metabolismo de la vitamina D y provoca alteraciones endocrinas y nutricionales (4).
Antecedentes de fracturas previas.
Algunos de estos factores de riesgo son evitables, como el sendentarismo, tener un bajo peso o el alcoholismo, así como tener una alimentación pobre en calcio o vitamina D. En cuanto a los otros, resulta fundamental el consejo médico a la hora de comenzar terapias o tratamientos que puedan frenar el avance de la osteoporosis.
REFERENCIAS
(1) Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM)
(2) SER (Sociedad Española de Reumatología).
(3) Osteoporosis: una patología con afectación personal, familiar, laboral y social. Mira Ferrer, Luz Mª, De La Fuente Díez, Elena.
(4) Clasificación de la osteoporosis. Factores de riesgo. Clínica y diagnóstico diferencial. M.T. Hermoso de Mendoza.
(5) Osteoporosis Foundation.
(6) I.R. Reid. Glucocorticoid-induced osteoporosis. Bailieres Endocrinol Metab, 14 (2000).
(7) B. Liu, G. Anderson, N. Mittmann, T. To, T. Axcell, N. Shear. Use of selective serotonine-reuptake inhibitors of tricyclic antidepressants and risk of hip fractures in elderly people. Lancet, 351 (1998).
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